"En el límite de la tierra de los hombres, erguido en la cumbre que embrujó sus noches, el joven alpinista yergue su cuerpo y su corazón, su alma y sus sueños.
Una región de nieve y rocas se extiende ante él hasta perderse de vista, en medio del silencio y el misterio infinito."
Gaston Rébuffat

29 de diciembre de 2014

Los Picos: Escuela de Alpinismo

Éste que acaba, ha sido un año de cambios, de cerrar etapas y acabar proyectos que empezaban a durar demasiado. Un año de trabajo y viajes, pasando poco tiempo en casa sin apenas un momento para pensar en todo lo que estaba ocurriendo. Una vorágine de cosas que se sucedían a base de inercia y tesón.

Ha sido el último año de la formación de guías, con mucha tensión acumulada, mucho entrenar, trabajar y practicar para pulirnos día a día. Todo ello mezclado con lesiones mal curadas, vida personal y gymkanas laborales entre caminos, paredes y carreteras de montaña...

Conducción de esquí de montaña. Oberland, Suiza.
Conducción en alpinismo. Pilar Gervasutti.
Un otoño excepcionalmente bueno, con una meteo siempre amable, nos permitió estirar la temporada hasta bien entrado noviembre. Vivacs fríos y una luz que anunciaba un invierno que ha tardado en asentarse. 

Trabajando en la Arista Cabrones-Cerredo
Cumbre de Peña Santa.
Anochece en Urriello.
Con un otoño casi inexistente, el invierno apareció de repente con las primeras nieves. Motivo más que suficiente para empezar a pensar en los esquís y los piolets, preparar trabajos para esta temporada y retomar proyectos pasados que vuelven a coger forma.

Aprovechamos una primera nevada para, con más motivación y fe que buenas condiciones, acercarnos a Ubiña y echar un ojo a ver como estaban las cosas... Teníamos un curso unos días después y había que ver las condiciones. Si ademas dábamos unos giros, mejor que mejor.

Subimos por la Arista Este por aquello de trepar un poco y así ver las condiciones de la cara norte. Aún le falta, pero la cosa promete.


Ambiente asegurado.
Arista Este. Fácil pero juguetona.





















Una vez en la cumbre descubrimos que las opciones de bajar esquiando eran mayores de lo que esperábamos. El viento se había encargado de acumular la nieve en La Fana.

¡Portillón de salida! 
La nieve, aunque algo compactada, nos dejó disfrutar de un descenso hasta más abajo del Meicín, quitándonos los esquís apenas 50 metros en el Collao de Terreros y unos metros en el refugio. Un regalo para dos pobres enfermos de montaña invernal, en cualquiera de sus facetas.


La Fana, primera bajada del año.
Jugando con el terreno.






















Aunque unos días después llovió y las condiciones empeoraron sensiblemente, pudimos llevar a cabo el curso. Como es tradición, no pudo hacer bueno los dos día, soportando nieve papa y humedad infinita toda la jornada del sábado. 
De recompensa, el domingo amaneció despejado y con la nieve en perfectas condiciones para seguir practicando con los crampones, el piolet y las técnicas básicas de aseguramiento en nieve.
Cuanto más enseño estas cosas, más convencido estoy en la importancia de no saltarse etapas en la montaña. No querer escalar con crampones si nunca se ha caminado con ellos, no querer empuñar dos piolets sin saber que hacer con uno, como autodetenernos y como gestionar un terreno en el que no hay posibilidad de asegurarse a nada. La montaña invernal exige mucho más que la estival. Exige seriedad, respeto y altas dosis de sentido común, algo que sin duda, se puede y debe cultivar.

En la Forqueta del Portillín. 

Tras este fin de semana de trabajo y viendo las condiciones, tanto a Fer como a mi se nos encendió la bombilla: Hay que ir pa´rriba!
Los viejos proyectos empezaron a revivir... ¿Cómo estará esto?. ¿Se habrá formado aquello otro?.
No hay nada como ir al monte para descubrirlo, aunque esta vez teníamos información de buena mano, ya que Rober e Iñigo habían ido a La Estrecha y nos habían mandado alguna foto.

Hace un par de años que, escalando la Arrieta en Peña Santa de Enol, vimos que justo a su derecha, se formaba otra cascada.
La pinta de ese primer largo era muy buena, así que solo quedaba estudiar las opciones que había más arriba. Fotos desde aquí y desde allá dejaban ver que, entre la Arrieta y la que llaman La de la Derecha, había una línea lógica e independiente hasta el punto donde confluyen casi todas, un largo por debajo del hombro que une La Grieta Rubia y El Corredor del Marqués. 

El pasado viernes, sabiendo más o menos las condiciones que había, nos fuimos al Macizo Occidental en nuestro modo habitual, "Fast&Furious": en el día y sin dormirse

Salimos de Pandecarmen a eso de las 06:20 de la mañana. Aquí abajo hay una espesa niebla que parece querer desaparecer a medida que subimos. Ya en La Fragua se empiezan a intuir las cumbres del Cornión.

En Las Barrastrosas nos ponemos los pinchos e intentamos comer algo. Los excesos navideños hacen que nos tengamos que inventar las ganas de comer algo, mientras repetimos algún efluvio a langostino, roast beef y turrón, aderezado por un sudor con denominación de origen: Ribera del Duero.

Vistas hacia Las Barrastrosas y El Cantábrico.

Debajo de la Canal Noreste nos ponemos el arnés y demás zarrios y seguimos dándole la vuelta al monte, hasta situarnos bajo su cara Este.
Ésta es la mejor baza para esta época, ya que le da bastante el sol y permite que se forme hielo en los primero meses del invierno.
Nuestras sospechas se confirman, y parece que hay hielo suficiente para subir casi por cualquier lado.

Bajo la cara este.

Unos metros por debajo de la canal de entrada a la Arrieta nos paramos a estudiar la pared y por donde atacarle. Nos asomamos al interior de la canal para ver si la cascada que recordábamos seguía allí o había sido un recuerdo que nuestra propia ansia se había encargado de acrecentar. 

Allí estaba: azul, reluciente y con un aspecto bastante sólido. Aprovechamos la primera reunión de la Arrieta. Es el mejor lugar ya que estás protegido de los cascotes de hielo que se desprenden de la pared por efecto del sol.
El objetivo estaba claro y en principio parecía asequible, así que sin pensarlo dos veces, me cargué con todos los cacharros y empecé a escalar.


Primeros metros de la cascada del L1
A la izquierda se aprecia la Arrieta 





















El primer largo comienza por una cascada con unos 6 metros verticales. Tras este primer murito, tumba un poco, alternando pasos más tiesos. La primera mitad se protege bien, con buen hielo para los tornillos. Después de unos 20 metros, la calidad del hielo cambió bastante, debido a la nieve que tenía encima. Como suele ocurrir en Los Picos y en muchas vías de La Cordillera, cuando la pared tumba y te crees salvado, descubres que se trata de unas placas imposibles de proteger y sin muchas opciones para ganchear con los piolets en la roca. 
Tras bregar mucho tiempo por un terreno que no permite caídas, salgo a un espolón donde consigo colocar algo decente y sigo en busca de un lugar para montar reunión. 
Desde aquí vemos que ha llegado gente al pie de la Cara Este. Son Juanín y Mario con dos amigos. Unos van para la Arrieta, y Juan y Mario para La de La Derecha. 
Tras una zona más fácil, monto reunión en la margen derecha de la campa donde acaban las dificultades de la Arrieta, sobre un buen bloque.
Fer sube como una posta, imagino que para entrar en calor después de haber estado quieto más de una hora


Fin de las dificultades del L1
Llegando a la R1 



Le paso el material que me ha sobrado y seguimos. Ante nosotros se abre una evidente y estética sucesión de diedros a modo de canal con una pinta buenísima. La nieve mejora y se vuelve casi hielo. Condiciones perfectas.


L2. Precioso y con buenos seguros.
Resalte vertical antes de montar reunión. 






De vez en cuando nos miramos y nos entra una risa floja, mezcla de ilusión y relajo total. Como bien dijo Fer, estamos disfrutando como jabalíes en un charco!
Estira la cuerda a tope y monta reunión sobre dos clavos y un alien. No muy cómoda pero fiable, que es de lo que se trata.


Los peones y la Reina

L2 visto de la segunda reunión.

Acabo el largo sorprendido de lo estético que es. Más fácil que el anterior pero precioso... Vamos, lo ideal.
Cambiamos el material sin entretenernos mucho ya que la reunión es algo incómoda. Aquí se quedó un clavo de los dos que dejamos en la vía.
Sobre nosotros sigue el diedro/goulotte unos metros más hasta que acaba en unas campas colgadas con dos grandes riñones de roca sobre ellas.

Inicio del tercer largo. Qué pena que no sea así entero. 

Intento pasar el primero de ellos por la derecha, asomándome sobre Juan y Mario, pero encuentro nieve muy inconsistente y de esa ya he tenido bastante.
Paso por la izquierda, por una campas tumbadas, a unos 10 metros sobre la canal de la Arrieta. Escucho a los amigos de Juan escalar pero no puedo verlos ya que nuestra vía va unos cuantos metros por encima de las otras.

El segundo riñón lo paso por la derecha, encontrando una estrecha canal de nieve azúcar que me deja en el final de las dificultades. Monto reunión en roca y aviso a Fer. Mientras le aseguro, Juanín aparece detrás de mi. Su cara lo dice todo. Las condiciones de su vía eran perfectas.

Salida Andina a la R3. Al fondo el Macizo Central.
Aquí ya estamos en terreno común a la Canal NO. Campas de nieve con algún resalte corto nos dejan en el hombro donde se unen La Grieta Rubia con El Corredor del Marqués.
El monte está precioso, todo encostrado de nieve. Falta que caiga más, pero no desesperemos, aún es diciembre y estamos pinchando como otros años no hacemos en todo el invierno.

Últimas campas de nieve bajo El Hombro
Ya en El Hombro, comemos, esta vez con más gana, ya que no dejamos ni para las chovas. Llevo un termo con caldo que ni los de Master Chef. Aquí arriba todo sabe increíble.
Como siempre, las vistas son espectaculares.  
Peña Santa está en buenas condiciones, pero al ser más norte, aún no ha formado el hielo que todos ansiamos. Todo llegará...

Peña Santa

La luz y los -3º dejan claro que aquí arriba siempre es invierno. Son casi las cuatro de la tarde así que nos vamos para abajo. Destrepamos todo el Marqués hasta la primera reunión, la cual tenemos que desenterrar a golpe de piolet. Cambiamos los cordinos que nosotros mismos habíamos puesto el año pasado y la dejamos un poco más curiosa. Un rápel hasta Cemba Vieya, recogemos las cuerdas y nos vamos. 
La Norte Directa y la Pili Cristina están aún muy justas, pero apuntan maneras. Salvo desgracia sureña, este año se pondrán en buenas condiciones.

Las nubes se abren poco a poco en los valles.
Hay muy poca nieve y el terreno está muy cambiado. Esto no son Los Alpes, no hay glaciares ni grandes paredes, pero Los Picos no se pueden infravalorar. A modo de glaciar petrificado, cruzamos numerosas simas con puentes de nieve, agujeros en los que no se ve el fondo... un terreno en el que no debemos bajar la guardia.
Nuestras caras norte son modestas en longitud y verticalidad. Las condiciones no son las mejores, de eso somos muy conscientes, pero estas montañas tienen algo que a nadie deja indiferente. Tienen carácter, aproximaciones largas y unos desniveles que pasan factura en las piernas de los más fuertes.
Son las montañas que nos han visto crecer como montañeros, como escaladores y que nos han formado como guías. Son Los Picos, nuestra pequeña-gran escuela de alpinismo.




31 de marzo de 2014

HIELO DULCE EN UBIÑA

Buscamos continuamente nuevas líneas que escalar, nuevos proyectos, o rutas que, incomprensiblemente, aún no hemos escalado.
Vivimos en una zona geográfica en la que los inviernos y las condiciones son caprichosas; vías que nunca se forman, otras que aparecen por primera vez y duran apenas unas horas y otras que, a pesar de las altas temperaturas y de un anticiclón cálido que parece infinito, siguen ahí, esperando a que disfrutemos de ellas y saciemos este hambre sin límites.

Aunque a mi ya se me había pasado por la cabeza, sobre todo viendo las buenas condiciones que había por toda La Cordillera, fue Diego el me dio el chivatazo. Primero hablamos para ir juntos, pero yo trabajaba y me resultaba imposible quedar el día que él libraba. Fue con Rafa y a la vuelta me confirmó lo que los dos habíamos sospechado unos días antes. - La Directa Hielo y Dulce está perfecta tron -, me dijo.
Era una sospecha pública, ya que tanto con Fer, como con Johnny y demás enfermos del gremio, habíamos hablado a cerca de ello. Y es que nuestros cerebros bullen a la misma temperatura y piensan al mismo ritmo.

Fer solo disponía del martes y no se pudo apuntar al miércoles, que es el día que teníamos Jhonny y yo. Eso sí, se quitó la espina de La Dama Blanca, que escaló con Alberto, antes de que la señora envejeciera demasiado. 

Con el ojo en el punto de mira, quedo con Johnny en Mieres sobre las cinco de la mañana. Llegamos a Torrebarrio y aparcamos junto a la iglesia. Sobre las seis y media salimos por la pista rumbo a la cara Noroeste. Vamos en playeros ya que la nieve está muy alta.
Justo antes de desviarnos para comenzar a subir hacia el pie de vía, las luces del amanecer nos sorprenden y paramos para hacer alguna foto y disfrutar del momento.


Primeras luces sobre La Babia

Subimos por una loma despejada de nieve y nos ponemos las botas a diez minutos del cono de entrada a la vía. En ese momento aparecen tres chavales con idénticas intenciones a las nuestras. Son Piki, Xiblo y Jicho (la verdad es que no me se de memoria sus nombres de pila, pero así se nos presentan y así serán recordados).
Al pie del cono de entrada, en una buena repisa, nos colocamos los trastos y charlamos un rato. Con todo colgando y la cuerda en aros, salimos hacia arriba.


El Mos en el primer resalte. 

Pasamos el primer resalte, que a pesar de estar en buenas condiciones, se ve que ha vivido tiempos mejores. En pocos minutos llegamos al hombro bajo los dos largos de roca. Aunque completamente seca, la Directísima de Cristal deja volar nuestra imaginación y parece ser una gran variante, estando en condiciones.


Vistas desde el hombro hacia Puerta de Arco y Los castillines

Montamos una reunión y sacamos la cuerda ya que la roca de Ubiña no invita a hacer filigranas. 
Johnny se encarga del primer largo. Un clavo indica el camino. A unos treinta metros encuentra una reunión y se queda en ella. El siguiente largo va completamente a la derecha y la cuerda rozaría mucho.
Echa un rato en reforzarla, ya que los dos clavos que había dejan bastante que desear... 


Primer largo de roca

Llego hasta él y salgo sin mucho preámbulo. Piki viene detrás y la reunión no es como para colgarnos muchos. Este segundo largo de roca es más fácil, de roca muy mala y protecciones cutres... Es Ubiña!
Estos largos con algo de hielo serían un lujo.


Segundo largo de roca

Llego al hombro que hay antes del destrepe para entrar a la canal y monto reunión sobre un gran bloque. Johnny llega en un minuto y mientras se pone los crampones y yo recojo la cuerda, aprovechamos para echar un trago y disfrutar de las vistas, tanto hacia La Babia como a la misma vía: tiene una pinta espectacular.


Sección superior de la vía. Nieve dura y hielo azul... Ambientazo!

Debido al sol de la tarde, la zona superior ha perdido ya algo de la nieve encostrada de estos días atrás, pero aún así, el aspecto es increíble. 
Vemos la instalación de rápel pero destrepamos ya que la nieve esta dura y son pocos metros. Una vez en la vertical de la canal, seguimos escalando, cada uno a nuestro ritmo, sacando fotos y disfrutando de unas condiciones perfectas.


Johnny en la canal, progresando hacia el primer resalte de hielo 

La pendiente va ganando inclinación hasta llegar al primer resalte de hielo. Johnny me espera al pie y al llegar a su altura, me deja tirar delante. El hielo es de buen espesor, aunque algo estalladizo en algunas zonas. Nos sorprende, ya que hace de todo menos frío. 
Hielo perfecto tras veinte días de sol y temperaturas suaves... Parece increíble!



Empezando el primer resalte
Continuación del primer resalte 




















Tras unos cinco o seis metros me paro en una repisilla para tirarle unas fotos a Johnny. Llega a mi altura y sigue unos metros más hasta otra zona de nieve. Estamos disfrutando como enanos.
Un poco más arriba, vemos lo que parece una reunión. Un clavo y algo más que no llegamos a ver. Reforzamos con otro pitón a medio meter y sacamos la cuerda. El hielo esta bastante estalladizo en algunas zonas. Para andar tirándonos cascotes el uno al otro y tener que esperarnos, mejor hacemos un largo y nos dejamos de tonterías. 


Tras el primer resalte, tramo de nieve hasta la reunión

El Mos empieza el largo y a los pocos metros ya empiezan a llegarme los primeros trozos de hielo. Ante semejante bombardeo, mejor estar atado a algo.
Mete varios tornillos largos... Esto en La Cordillera suele ser ciencia ficción.

Sobran las palabras...

Una sucesión de pequeños techos, encostrados de nieve helada venteada por el viento, forman un gran diedro, a través del cual baja una estética linea de hielo. 
La imagen es soberbia, muy estética, y nos trae sensaciones de gran pared. Se trata de un largo elegante y con un ambiente alpino increíble. 
Y cuando parece que un gran desplome tapizado de nieve nos corta el camino, se abre a nuestra derecha una bonita goulotte, la guinda del paste, el final perfecto para un largo sencillamente precioso.


Goulotte final... Un regalo

Asomar la cabeza y ver algo así es una sensación difícil de explicar. Son esos regalos que nos hace la montaña, en forma de roca perfecta, de buen hielo, de luces del amanecer... Momentos únicos.
Llego a la reunión con una sonrisa que lo dice todo. En una pequeña horcada recojo la cuerda, al sol, disfrutando de las vistas.  
Unos metros por campas fáciles nos separan de la cumbre. Me apresuro a subir para sacar unas buenas fotos desde arriba. Toda la cresta cimera y las canales que caen hacia el noroeste siguen encostradas de nieve, redondas... De no ser por los valles que nos rodean y salvando las distancias, parecería que estuviéramos en el Monte Sarmiento.


Campas finales

Una vez en la cumbre, disfrutamos de las vistas y del sol mientras comíamos unas chocolatinas. Pensamos incluso en ponernos los playeros y sacarnos fotos con los crampones puestos... Comedia ante todo! Fue una pena que la pereza nos disuadiera.


En la cumbre, con Los Fontanes y Peña Rueda al fondo... y las botas!

Después de un rato salimos hacia abajo. Recorremos la cresta cimera en busca de la Canal Sur. Una traza enorme marca el camino, muy transitado las últimas semanas.


Arista cimera 

Ya en la cara sur, nieve inglesa (de esa que te llega por la ingle). La temperatura es muy alta y ésta se va toda velocidad.
En cuanto llegamos a los pedreros, nos ponemos los playeros, algo que los pies de Johnny agradecen.
Enlazamos con el camino que baja del Ronzón y bajamos con calma. 
Comemos algo junto a la iglesia, tumbados al sol como si fuera verano, mientras charlamos sobre futuros proyectos y otros aspectos de esta adictiva afición que tenemos. 
La montaña esta preciosa. Nieve, pedreros, hierba verde y flores... La primavera se acerca.
Nosotros mientras tanto, seguiremos disimulando, haciendo que no la vemos venir, como si tal cosa, jugando a buscar rincones donde el invierno se resista a marcharse, donde el hielo luche por permanecer pegado unos días más a la roca. Tendremos que madrugar mucho, caminar más lejos y estar muy pendientes de las condiciones, pero sabemos que no será en balde, que merecerá la pena. Ya sea grande o pequeño, difícil o sencillo, a nadie le amarga un dulce, y si hay que luchar y sufrir para conseguirlo, mejor sabrá.



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Los dos días siguientes, para no perder la forma, volví al Mampodre a trabajar. El Corredor Norte de La Polinosa fue de nuevo el elegido para acabar con tres semanas de anticiclón que difícilmente volveremos a ver. 
Juanan y yo disfrutamos de dos buenas jornadas de montaña. Las nubes empezaron a hacer acto de presencia en la cumbre de La Polinosa y nos acompañaron todo el día siguiente en la ascensión al Pico Torres.


Buenas condiciones de nieve

De nuevo volví a compartir El Mampodre, unas montañas a las que me une algo especial. Javi me sugirió que fuera pensando en comprar casa en Maraña... ¡Quién pudiera!

Nubes sobre la vertiente sur de La Cordillera y el Pantano del Porma

Al día siguiente subimos al Torres, ya con unas condiciones bastante diferentes a las de estos días atrás. Día gris oscuro y nieve paposa, ideal para la exposición y venta de lubinas, chicharros y salmonetes, más que para el alpinismo. Aún así, hicimos cumbre y disfrutamos de unas luces que no se tienen todos los días en el monte.


Resalte bajo la cumbre del Pico Torres

Luces y sombras sobre La Cordillera. Al fondo El Mampodre

Bajamos con el tiempo justo de recoger las cosas antes de que se pusiera a llover. La suerte de los que arriesgan!
A Juanan aún le quedaba un buen viaje hasta Bilbao. Nos despedimos en Gijón y yo me fui a descansar un poco. Para rematar la semana, al día siguiente me bajé a trabajar a Gredos. 


El Circo con El Almanzor en el centro

Cambio de macizo, de paisaje, de roca... Un día fantástico en El Almanzor junto a Joao, Tosé y el resto del grupo. Una ascensión sencilla en la que, como siempre, no se puede bajar la guardia. Una clásica con un sabor alpino enorme. Yo hago cumbre con Ruí y Marta, su hija de quince años. Sin duda, algo que no olvidarán nunca.
Todo el grupo disfrutó muchísimo y reinó un compañerismo digno de admiración.


Con parte del grupo: Tiago, Rui, Marta y Felipe.

Nos despedimos en Hoyos del Espino mientras cenamos algo en La Bodeguilla. La idea era escalar un par de días más con Raul, pero las condiciones y mi rodilla no invitaban a ello. 
Sin entretenerme mucho, me fui para casa ya que el viaje es largo. Ha sido una semana intensa de escaladas y trabajo, un "no parar" al que le he cogido el gusto.

Mientras conducía de noche, pensaba en esta afición de la que hemos hecho nuestra profesión. Un oficio que nos hace estar todo el día de acá para allá, pasando mil horas en el coche, durmiendo poco y soñando despiertos. Una pasión que me mantiene vivo y hace que disfrute al máximo cada día en la montaña, ya sea por obligación o por pura devoción. 










18 de marzo de 2014

DEL MAMPODRE A UBIÑA Y TIRO POR QUE ME TOCA...

Lo bueno de vivir, trabajar y "desfogar" en Los Picos y La Cordillera, es que todo está muy a mano, tanto que no da tiempo a que te huela la térmica si no pasas por casa en dos días. O será que me estaré acostumbrando a mi mismo!? Va a ser eso...

Esta temporada será recordada por el acoso continuo al Mampodre. Las buenas condiciones en La Peña del Medio Día, tanto en la mítica Dama Blanca como en la Norte Directa, así como en la Noreste, han hecho que las repeticiones se sucedan a ritmo de Directa de Los Martínez en El Picu, y que tres nuevas vías hayan nacido en su cara más oriental.

Después de conocer a Chispa y sucumbir a sus encantos, no pude dejar de pensar en ella. Ahora tengo que ir a verla de vez en cuando, tomar algo juntos en la plaza del pueblo y darnos unos mimos. Y claro, no se puede perder el viaje, así que cada vez que quedo con ella, me doy una vuelta por el macizo, tacho vías pendientes, saco fotos y disfruto de este rincón tan especial de La Cordillera.

Ya que quedó pendiente el día del chispazo, volví con Johnny para hacer la Dama Blanca. Edu la había hecho dos días antes en el estratosférico horario de 3 horas 55 minutos, Maraña - Maraña! Total nada!
Mon también la había hecho en 1 hora 12 minutos desde el pie de vía a la cumbre. Ole mineru!
Nosotros, en principio, vamos sin prisa. Aproximamos con calma, de charleta, disfrutando del amanecer.


Primeras luces sobre Los Picos y Peña Ten
En un rellano a pie de pared nos colgamos los cacharros y me pongo la cuerda en aros por si hay que sacarla. Desde aquí parece completamente seca... Se habrá caído todo en dos días?
Cuando nos colocamos justo bajo la entrada vemos que aún hay hielo. Genial!
Sin más, empezamos a escalar...


Primer resalte. Buen hielo

El hielo es bueno y aún está pegado a la roca y los tapines. El Mos recuerda las palabras que hace tiempo le dijo el mítico Arrieta: "Donde esté un buen tapín..."
Qué razón tenía!
Destrepamos la travesía a la derecha para colocarnos bajo la gran canal por la que discurre la vía y seguimos, parándonos para tirar fotos y grabar algún vídeo.


Segundo resalte
Goulotte y pequeña casada





















El hielo es bueno y la vía es una escalera! Si no fuera porque a ratos asoma algo de hierba, cualquiera diría que por aquí han pasado Los Unos.

Llegamos al segundo resalte importante. También muy fácil por los peldaños que tiene. Paso yo a la cabeza y seguimos tras charlar un rato a cerca de un compañero de Johnny que le tiró una cámara de fotos en una vía no se donde... - Eso te pasa por escalar con cualquiera - le digo yo.


Al pie del segundo resalte importante
Estamos gozando como enanos. La vía se encuentra en unas condiciones inmejorables, bastante fácil, muy disfrutona.


Johnny saliendo de este pequeño muro
Se levanta algo de aire y la pared va tumbando cada vez más. Seguimos grabando vídeos, alternándonos para ir delante.
Un último resalte, muy corto, nos deja en la campa final antes de la arista.
Ya no está como hace dos semanas, encostrada de nieve cencellada por el viento. Aún así este final de vía es precioso, con unas vistas inmejorables de La Cordillera y del valle de Maraña.


Remelende, Abedular, Tiatordos, Pierzu, Pileñes, Ten... y Maraña, el pueblo de moda!

Un bonito cresteo con el sol como tercero de cordada y llegamos a la cumbre. Son las 10:00 de la mañana. No nos paramos mucho ya que el viento no es precisamente cálido. Beber, la foto obligada y recoger el material. Hoy la cuerda ha sido un "por si acaso". Nos gusta escalar así de vez en cuando, si las condiciones y la cabeza lo permiten. Hablamos a cerca de ello y llegamos a la misma conclusión...


Las caras lo dicen todo...
Bajamos con calma, disfrutando del paisaje y de la montaña. La cara Noreste es un espejismo de lo que fue, hace apenas dos semanas. Casi todo el hielo se ha caído y solo algunos pequeños muros a la sombra aguantan este frente cálido. Sólo las flores y los brotes de las hayas crecen ahora con el sol.

Comemos un poco de pan y queso en la plaza del pueblo. Johnny ha traído incluso un par de pasteles que devoramos, mientras un paisano del pueblo nos habla sobre la toponimia local.

¿Dónde estará Chispa?. Ahí está!
Nos damos unos mimos y se gana un trozo de queso.

Iosu nos invita a café y chupito en el bar. Un dedal y se nos nubla la vista... No valemos pa ná!

Subimos a la parte alta del pueblo para echar las últimas fotos y despejar la mente. Nos sentamos en un muro donde se está de vicio y disfrutamos de las vistas.


Maraña, lugar privilegiado 
Sin duda, este rincón Leones tiene algo mágico. Poco más se le puede pedir a un día; una buena escalada junto a un amigo, charla distendida con los paisanos del pueblo y la certeza de que mañana, gracias a un oficio maravilloso, volveré a estar aquí, en mi cita con Chispa.


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Al día siguiente vuelvo a subir el Puerto de Tarna, y aunque esta vez no conduzco yo, es como un déjà vu.
Victor y Manuel me recogen en Gijón y salimos hacia Maraña. Natacha nos espera en el albergue con una cena buenísima. 
Mientras cenamos nos ponemos al día. Hace un año que no sabemos los unos de los otros, desde que hicimos la Norte Clásica de Ubiña.

Después de cenar, café en el bar del pueblo. Charlo con mis recientes amigos: Javi, Iosu, Julián... y a la cama. Es un placer sentirse como en casa.

A las 06:00 suena el despertador. Desayunamos sin prisa y salimos con las primeras luces hacia el valle de Valverde.


Primeras luces sobre El Pico del Pinar (Pico Lago)
Nuestro objetivo es claro. El Corredor Norte de La Polinosa. Una ascensión que, sin ser difícil, tiene todos los ingredientes para disfrutar de una cara norte, sin agobios y con ambiente.

La nieve esta dura por la mañana y en hora y media estamos bajo el cono de entrada, poniéndonos los pinchos, arnés y demás trastos.


Cono de entrada al corredor
Primer resalte. Vistas inmejorables




La huella de las multiples cordadas hacen que la progresión sea más cómoda y los primeros metros los hacemos en corto.

Ahora mismo hay dos resaltes en los que aflora algo de hielo. En ningún caso superan los 60º. 
Bajo ellos monto reunión y tiramos dos largos. Colocar seguros en esta roca es bastante difícil. Se deshace con facilidad y el ancla de nieve se convierte en una gran aliada.

Tras el segundo resalte, llegan Victor y Manuel y seguimos en corto. La pendiente pierde inclinación poco a poco y casi sin darnos cuenta llegamos a la cumbre. Día perfecto y vistas inmejorables sobre la vertiente sur de La Cordillera. Desde Ubiña hasta el Espigüete...y más allá!

Cumbre. Al fondo El Espigüete

A los pocos minutos comienza a llegar un grupo. Dos cordadas más están en el corredor que acabamos de hacer. El Mampodre está de moda.

Descendemos hacia el este, para bajar por la cabecera del valle de Valverde. Hace calor y la nieve se va a ojos vista. Son casi tres semanas de sol y calor, y eso no hay nieve que lo resista.

Contentos con el objetivo cumplido a sus espaldas

En poco más de una hora estamos en el pueblo. Nos cambiamos con calma, disfrutando del sol y del trabajo bien hecho, y salimos hacia Gijón disfrutando de esta primavera adelantada. El Mampodre, sus montañas y sus gentes, son un regalo. Un lugar perfecto para disfrutar, escalar y trabajar, que es al mismo tiempo, balneario, parque de atracciones y la perfecta oficina.


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Al llegar a casa no deshago ni la mochila. Ana tiene preparada la suya y nos vamos a dormir al Meicín. Hay que aprovechar del sol y de un día en común sin trabajar.
Subimos de noche, con una luna llena de escándalo que ilumina el már de nubes nocturno.

La noche perfecta para caminar...


Tania y Lio nos esperan con una cena buenísima. Mientras la devoramos  charlamos con Fer y Miguel, que mañana van a la Norte Clásica.

Por la mañana, desayunamos con calma y tras preparar las cosas al sol, salimos hacia Ubiña La Pequeña.

Ubiña La Pequeña desde el Collao de Terreros
Como sucede en otros macizos, La Pequeña es la gran olvidada. A la sombra de su hermana mayor, esconde canales y espolones de moderada dificultad, pero que sin duda nos dejaran un gran sabor de boca. Es una montaña realmente estética, con un corte que a nadie deja indiferente ,e ideal para iniciarse en el alpinismo invernal.

Luces y sombras
Subimos por el espolón que surca el centro de su cara noreste. Enlazando canales y pequeños resaltes. Un terreno sencillo pero muy disfrutón.

Canales y resaltes en el centro de la pared
En poco más de una hora llegamos a la arista cimera. Las vistas sobre La Babia y el resto de La Cordillera son inmejorables.

Arista Cimera. La Grande nos mira con recelo...

Estamos cerca de hora y media en la cumbre, comiendo y disfrutando del sol, en manga corta. Las hay que incluso echan un amago de siesta!
Mientras tanto, me dedico a sacar fotos o simplemente a observar...
Localizo a Fer bajando con su cliente, muy cerca ya de Terreros.

Tras la obligada foto de cumbre, nos vamos hacia abajo, usando la huella que hay en la canal central. Pienso en unos esquís y me babo entero!

Dónde mejor...?!

Casi sin darnos cuenta llegamos al refugio, bajo un calor sofocante, teniendo en cuenta que estamos a mediados de marzo. Incluso Ur, el perro de Tania y Lio, ni se mueve de la sombra. 

Ha sido una semana completa, de acá para allá a través de estás montañas que tantas experiencias y satisfacciones nos dan. 
Es domingo y la amenazadora sombra del lunes se cierne sobre algunos... Para mi es distinto. Lunes suele ser sinónimo de descanso, de deshacer mochilas y ordenar el trastero, de comer cada hora. Es el momento de mirar condiciones, posibles escaladas y hacer encaje de bolillos para que cuadren en los días libres de la semana.